Si vives en Bilbao ya lo estás notando: cada vez se habla más de consumo energético, rehabilitación de fachadas y ayudas para mejorar las viviendas. Y aquí las ventanas de aluminio tienen mucho que decir. En 2025 ya no vale con poner “una ventana cualquiera”; ahora se mira el origen del aluminio, si es reciclado, cuánta energía ahorra y cuánto va a durar de verdad con la lluvia fina, la humedad de la ría y los cambios de temperatura que tenemos aquí. No es lo mismo un piso en Deusto orientado al norte, con el viento dándote todo el día, que un ático en Indautxu achicharrado al sol por las tardes. La ventana sostenible no es solo la que “suena bien”, sino la que te baja la factura de la luz a final de mes y aguanta 30 años sin cambiar burletes ni estar peleándote con filtraciones. Y eso, cuando te sientas frente a la caldera o al aire acondicionado, se nota.
Cuando te hablen de ventanas sostenibles, pregúntate esto: ¿de qué está hecho el perfil?, ¿cómo aísla?, ¿y qué pasa dentro de 20 años? El aluminio de hoy en Bilbao ya suele llevar un porcentaje alto de aluminio reciclado, que consume mucha menos energía que producirlo desde cero. Pero lo que vas a notar en casa es el aislamiento térmico y acústico: rotura de puente térmico bien hecha, vidrios dobles o triples, y un montaje cuidado para que no haya fugas de aire. Piensa en un piso junto a una avenida con tráfico o cerca de una zona de bares: con una buena ventana sostenible, puedes dormir sin tener el ruido en la oreja todo el tiempo. Y no es solo confort: menos pérdidas de calor significa que la calefacción salta menos, y el aire acondicionado en verano trabaja menos. Eso, traducido, son euros que no se van por la ventana, literalmente.
En 2025, si estás pensando en cambiar ventanas en Bilbao, no lo mires solo como un gasto. Entre las ayudas a la rehabilitación energética, las exigencias de los edificios y lo que sube la energía, cambiar a ventanas de aluminio sostenibles puede salirte bastante mejor de lo que crees. Te pongo un caso típico: familia en Santutxu, piso de los años 80, ventanas viejas de aluminio sin rotura, condensaciones en invierno y frío constante en el salón. Cambian a perfiles con rotura de puente térmico, vidrio bajo emisivo y persiana bien sellada. Resultado real: menos humedad en paredes, calefacción que se enciende menos tiempo y una sensación de confort que antes no tenían. Y ojo, que elegir bien no es solo mirar el precio: fíjate en la clase de permeabilidad al aire, el valor U de la ventana completa y si el instalador sabe sellar bien el contorno. Porque una ventana sostenible mal montada deja de serlo en cuanto llega el primer invierno serio.
Nuestro equipo de expertos está listo para ayudarte con tu proyecto de carpintería de aluminio.
Descubre más contenido que podría interesarte
