Carpintería de aluminio para viviendas en Madrid 2025
Guía práctica para propietarios en Madrid: cómo elegir ventanas y puertas de aluminio, qué perfiles y vidrios comprar, …
Mira, en Zaragoza en 2025 casi parece que tengas que elegir entre dos bandos: o sigues con las ventanas viejas que dejan pasar hasta el cierzo más tímido, o te pasas a las ventanas de aluminio correderas y empiezas a notar el cambio en serio. Piensa en un piso típico del Actur o Delicias: salón pequeño, terraza justa, radiador a tope en invierno… y la hoja de la ventana golpeando cada vez que la abres. Con las correderas no invades espacio, no chocas con muebles ni cortinas, y puedes ventilar sin estar esquivando la hoja. Además, el aluminio de ahora no es como el de hace 20 años: viene con rotura de puente térmico, cierres mejorados y juntas que no se despegan al segundo verano de calor. ¿Resultado práctico? Menos ruido de la calle, menos polvo que entra y un poco más de confort sin tener que hacer una obra enorme. Y lo mejor es que, si tienes un cerramiento antiguo en la galería, se pueden adaptar las nuevas correderas sin desmontar media casa.
Si vives aquí, ya lo sabes: en enero te pelas y en agosto tu piso parece un horno. Por eso, cuando alguien me pregunta por ventanas correderas de aluminio en Zaragoza, no hablo de estética primero, hablo de aislamiento. Te pongo un ejemplo real: un cliente en Valdespartera, piso orientado al sur, tenía correderas antiguas de aluminio sin rotura. Aire acondicionado casi todo el día en verano y, aun así, calor agobiante cerca de la ventana. Cambiamos a correderas con doble vidrio bajo emisivo y perfilería con rotura de puente térmico y me llamó a las dos semanas: mismo sol, misma orientación, pero el salón ya no parecía un invernadero. ¿Magia? No, simplemente que el perfil de aluminio no se comporta como un radiador. Y en invierno, con el cierzo de cara, se nota que ya no hay esas filtraciones molestas que hacen que tengas que poner toallas en el suelo. Eso sí, si tu casa es muy ruidosa (por ejemplo, cerca de la Z-30), hay que elegir bien el vidrio y la hermeticidad de los cierres, porque no todas las correderas aíslan igual.
Más allá de lo bonito que quede el aluminio en tu fachada, hay cosas muy de andar por casa que conviene tener claras. Por ejemplo, si tienes niños o mascotas, agradecerás una corredera con buen sistema de cierre y hojas ligeras que se desplacen sin tirones. Nada de andar empujando como si abrieras la puerta de un garaje. Otro detalle que veo mucho en pisos de barrios como Las Fuentes o San José: galerías estrechas llenas de trastos. Ahí la corredera es casi la única opción lógica, porque una practicable chocaría con la lavadora, el tendedero o lo que tengas allí montado. Y luego está el mantenimiento: el aluminio no pide casi nada, pero las guías sí. Un simple repaso anual para limpiar el carril y un poco de lubricante en los herrajes y las hojas siguen deslizando bien años y años. Si te lo montan con un buen vidrio y un perfil decente, no tienes que estar pensando en cambiar nada en mucho tiempo, y eso a largo plazo es ahorro real en obras y molestias, no solo en la factura de luz.
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